Solo la mitad de los adultos mayores se recuperan al 100% después de una fractura. 

Los adultos mayores de 85 años, quienes tienen algún tipo de demencia o que sufren de una enfermedad crónica son quienes más consecuencias enfrentan. Mientras tanto, las personas que estaban acostumbrados a un buen nivel de actividad física o recibieron rehabilitación de manera temprana, recuperan más pronto su funcionalidad.

Además, las personas de la tercera edad que sufren fracturas en los brazos u hombros presentan menos consecuencias en sus funciones básicas que cuando hay fractura de hueso en la cadera, piernas o se experimentó un fuerte golpe en la cabeza.

Estos son los hallazgos de un estudio realizado con 730 adultos mayores, con una edad promedio de 85 años. Los resultados fueron publicados en la revista Journal of General Internal Medicine.

Los mayores de 85 años, quienes tienen algún tipo de demencia o que sufren de una enfermedad crónica son quienes más consecuencias enfrentan. Mientras tanto, las personas que estaban acostumbrados a un buen nivel de actividad física o recibieron rehabilitación de manera temprana, recuperan más pronto su funcionalidad.

Estos son los hallazgos de un estudio realizado con 730 adultos mayores, con una edad promedio de 85 años. Los resultados fueron publicados en la revista Journal of General Internal Medicine.

¿Que hacer?

Los especialistas en geriatría y tercera edad señalan que esto es algo que debe discutirse en familia. Para prevenir una caída (la primera o una nueva), se recomienda realizar ejercicios que aumenten la fuerza ósea y muscular. El tai-chi, la natación o las caminatas son ejercicios aconsejados para esta población.

Si el adulto mayor ya muestra problemas de movilidad, el estudio de Tang aconseja el uso de zapatos con suela antideslizante, en el caso de las mujeres, pide no utilizar tacones.

También es importante que la familia vigile el espacio donde pasa la mayor parte del día los adultos mayores, que sea un lugar limpio, en el que se cuide que no haya juguetes ni otros obstáculos que puedan causar tropiezos. Si hay desniveles, que sean pocos y, de ser posible, que tengan una baranda para apoyarse.

El uso de bastones y andaderas es muy útil. Sin embargo, las personas deben saber cómo utilizar estos dispositivos de manera adecuada, para evitar accidentes.

Después de una caída los ejercicios de rehabilitación son vitales. Estos varían según la edad y el sexo de la persona, de su habilidad para realizar funciones básicas y del tipo e intensidad de la caída. Un especialista deberá enseñarle al paciente y a la familia cómo efectuarlos, durante cuánto tiempo y con qué intensidad.

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